26 de febrero de 2009
Poyo 3. v.
Clones y reflexiones
Obra escrita por Gabriel Kipen y Walter Velázquez, con dirección de este último
En un principio es el actor entre el público, conversando un poco, deambulando por los pequeños pasillitos (los lugarcitos para pasar) de la Pugliese.Pero cuando empieza la obra, nos enfrentamos...también a un actor que representa más de un personaje ¿más de uno? En realidad, no sólo es uno el actor sino que los personajes son idénticos entre sí, claro en términos físicos; sucede que estamos en presencia de una serie extendida de clones.Gabriel Kipen entonces se pone, a la vez, en el lugar del original (el que afirma tener ombligo y poder demostrarlo ¿será cierto? ¿nos engañará?) y de los clones.Uno comprende que empieza un espectáculo bizarro cuando el personaje en cuestión se sienta para arreglar una de sus piernas que, evidentemente, no es de carne y hueso.Seguramente la búsqueda de diversión es una de las primeras intenciones de esta propuesta pero hay que decir que no se queda allí.Oscila entre un humor simple, negro, a veces, y otro que horada las bases de ciertos dogmas de la ciencia, de la política, de la vida cotidiana (tener un clon para que ponga la cara en los momentos en los que no se quiere dar la cara, podría ser del orden de lo esperable, mandarlo a las reuniones de consorcio es dar más de una vuelta de tuerca...)Seguramente Kipen se lleva mejor con algún personaje que con otro y como todos están a su cargo esto se nota pero por lo bien que se construyen algunos, no a la inversa.La puesta juega con la superficie de modo paródico pero detrás del maniquí que se corta en pedazos se produce una serie de reflexiones que aunque puedan producir una sonrisa son profundas y serias. Realmente lo son.
Mónica Berman
http://www.criticateatral.com.ar/
jueves, 26 de febrero de 2009
miércoles, 18 de febrero de 2009
jueves, 12 de febrero de 2009
¿La gente está cada vez más loca o un ejército de clones está copando Buenos Aires? ¿Ah? Siguen las funciones de POYO 3.V. a sala llena. La obra que nadie recomienda y sin embargo nadie deja de ver. Un misterio que la ciencia todavía no sabe cómo resolver. Una incógnita que me acompaña cada vez que entro al baño, pero me abandona al salir. Un interrogante que no me quita el sueño, ni el tiempo, pero está conmigo en esos momentos en que nadie más está. En la oscura intimidad de mi cuerpo y yo, mi alma y yo, de mi ser. ¡AHÍ ESTÁ! ¡MIRÁ! ¡TOMALO, TOMALO! ¡TOMALO TODO!Pensé que era acidez, creí que mi alma pugnaba por salir, hasta imaginé que mi conciencia me acuchillaba de adentro pa´fuera. Pero no. Es ese no se qué...
domingo, 8 de febrero de 2009
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